Mancera, cuando era procurador
calmar el desmadre sabía,
al lado de López Obrador
gritaba que nada temía.
Cambió su forma de ver,
Al ver que no había obediencia,
Y eso le hizo perder,
Su rumbo a la presidencia.
La parca entonces llegó,
buscando con una lupa,
Y fue que Mancera gritó,
Yo nunca tuve la culpa.
Al infierno se lo llevaron,
Que tiene rota una pierna,
y ahí ya se lo encargaron,
A la fea Dolores Padierna.